¿En dónde estoy? ¿A dónde quiero llegar? ¿Cuáles son mis sueños? ¿Cuál es el camino adecuado para llegar a ellos? Son algunas de las preguntas que toda persona se plantea
Cada ser humano es único e irrepetible, tenemos un lugar en el mundo y en la historia que nadie más ocupará nunca; por ello, la existencia de todos y cada uno de los hombres y mujeres del mundo tiene un sentido, independientemente de las circunstancias que le hayan tocado vivir.
Viktor Frankl, psiquiatra y escritor austriaco, esbozó una teoría en la que explicaba que toda existencia tiene un sentido sin importar las circunstancias. La vida lo llevó a que él mismo confirmara y demostrara su teoría en carne propia, ya que en la Segunda Guerra Mundial, por ser judío, fue encarcelado y pasó varios años en dos de los campos de concentración nazis más crueles. Fue uno de los pocos seres humanos que sobrevivió, gracias a que supo descubrir y darle un sentido a su existencia, aún en circunstancias tan difíciles.
Al terminar la Guerra, Frankl fundó lo que hoy se conoce como Logoterapia, en la que sostiene que es posible encontrar el sentido a la existencia básicamente en tres aspectos:
1.- La trascendencia. Incluso una persona que no cree en Dios puede lograr la trascendencia mediante la entrega a la humanidad, como lo hace un científico, por ejemplo, realizando una investigación que será útil en la medicina.
2.- La tríada mágica. Todo ser humano se enfrenta alguna vez en su existencia a la culpa, al sufrimiento y a la muerte. Nadie se libra de ellas, pero cuando la persona las siente o padece, es común reprocharle a la vida la perdida y caer en la desesperación. Otra actitud puede ser encontrarle y darle un sentido a este sufrimiento y a la muerte.
3.- El trabajo con sentido. Mediante él, la persona se construye a sí misma y al mundo que la rodea.
En la actualidad, cuando la crisis existencial hace presa a gran cantidad de seres humanos, cuando la depresión es una de las principales enfermedades que aqueja a nuestra sociedad, cuando la violencia nos rodea por todas partes, Frankl reflexiona y afirma que lo que nos falta es, precisamente, encontrarle un significado a nuestra existencia.
El sentido de « mi vida » lo tengo que ir encontrando día a día, momento a momento, en cada hecho, en cada situación, en cada persona con la que me encuentro y, además lo tengo que construir yo solo con una adecuada planeación.
Plan de Vida
Para planear la vida, toda persona cuenta con tres facultades: la inteligencia, la voluntad y la capacidad de amar; como en un viaje, la inteligencia sirve de brújula, la voluntad es la mayor de las energías psíquicas y la capacidad de amar se compone de sentimientos que son los que dan interés.
La planeación es un proceso complejo, es fijarse un objetivo y trazar un rumbo de acción para alcanzarlo; definitivamente contribuye a dar orden a la vida personal y/o laboral, mediante:
- Aclarar la(s) meta(s) a la(s) que se quiere(n) llegar.
- Indicar cómo moverse del sitio en que se encuentra una persona, para llegar a donde realmente desea.
- Determinar los recursos necesarios que se requieren para llegar ahí.
A través de la planeación se puede saber cuándo comenzar algo para completarlo, conforme a etapas establecidas con anterioridad y todo lo que ello implica. Para planear la vida y el trabajo se recomienda seguir los siguientes pasos:
- Establecer los objetivos
- Obtener datos y analizar la situación actual
- Revisar y generar las alternativas
- Seleccionar el rumbo de acción
- Lanzarse a la acción
Primer paso: Establecer los objetivos
Definir la meta que se quiere alcanzar. Identificar los resultados que se pretende obtener en la vida personal, familiar y/o laboral. Un objetivo establece el punto al que se desea llegar, el momento preciso y la manera en que debe ocurrir. Fijar los objetivos no se debe tomar a la ligera, representan compromisos, promesas que se tratarán de cumplir, por ello, no se debe aceptar un objetivo a menos que esté seguro de alcanzarlo.
Los objetivos deben ser:
- Específicos. Concretos, por ejemplo decir que voy a estudiar una carrera o convertirme en un buen técnico en electricidad ya es algo concreto.
- Congruentes. Que exista la posibilidad real de lograrlos.
- Alcanzables. Que no sean solo ilusiones.
- Medibles. Si se siguen los pasos anteriores será fácil establecer las metas y medir los logros alcanzados.
Conviene establecer objetivos a corto, mediano y largo plazo, así como describir las metas a conseguir en las próximas etapas en las diferentes áreas de la vida personal y/o laboral.
Segundo paso: Obtener datos y analizar la Situación Actual
El propósito de analizar y evaluar las circunstancias es determinar los obstáculos y las limitaciones que se deberán enfrentar al tratar de alcanzar las metas establecidas, así como identificar los recursos con los que se cuenta. Evaluar la situación implica ubicarse en el presente, revisar las experiencias pasadas y hacer proyecciones hacia el futuro.
El pasado puede pasar de tal forma que impida a una persona actuar positivamente en el presente. Y el futuro puede atemorizarle tanto que le paralice para actuar. Sin embargo, apoyarse en el pasado para aprender de las experiencias que se han tenido, tanto buenas como malas, y planear el futuro de forma tal que la persona sea consciente del valor de su existencia, y de la misión que solo ella puede cumplir en el mundo - dentro de los límites de sus circunstancias- la llevarán a ser capaz de vencer a todos los obstáculos a su paso.
Hacer de cada momento presente algo valioso, permitirá tener un pasado maravilloso y un futuro alentador.
Para una adecuada planeación de vida es indispensable que la persona se ubique en cuanto a sus recursos personales, las circunstancias en las que se desenvuelve, sus actitudes personales y las posibilidades de ayuda de quienes la rodean, es decir:
- Cualidades personales: qué recursos y actitudes positivas se tienen para lograr las metas.
- Deficiencias personales: qué limitaciones impiden alcanzar una meta.
- Recursos existentes: con qué cuento para alcanzar las metas.
- Obstáculos en el medio: cuáles son y cómo superarlos.
Es muy importante fijarse más en las cualidades personales que en las deficiencias, esto no implica descuidar los obstáculos, pero así se facilitará la acción.
Tercer paso: Revisar y generar las alternativas
En esta etapa se ponen en juego la imaginación y la creatividad. Es necesario:
- 1. Definir las actividades requeridas para alcanzar el objetivo, después ordenarlas de acuerdo con las secuencias que se deben seguir. ¿Cómo?
- 2. Establecer el tiempo requerido para cada actividad y organizar el programa con tiempo de inicio y de terminación. ¿Cuándo?
- 3. Revisar los recursos precisos para llevar a cabo las actividades. ¿Con qué?
- 4. Determinar el lugar donde se efectuará la actividad. ¿Dónde?
Cuando se trata de la planeación del trabajo, en la que no sólo se desarrolla de manera individual, sino que entran en juego varias personas -todo un equipo de trabajo- es conveniente aumentar un quinto punto: - 5. Asignar a cada miembro del equipo sus respectivas responsabilidades. ¿Quién? y ¿Qué?
Cuarto paso: Seleccionar el rumbo de acción
Siempre hay más de una forma de lograr los objetivos, por lo que se han de considerar las ventajas y desventajas de cada una de ellas y decidirse por lo que mejor se adapta a las circunstancias personales. Aquí entran el juego la inteligencia, la voluntad y la palabra clave: decisión.
Es importante conocer el nivel de riesgo que se está tomando al seleccionar una alternativa y la confianza en los recursos para llevar a cabo el proyecto. Las conclusiones a las que se llegue, ayudarán a determinar la confiabilidad hacia las demás decisiones.
Es fundamental verificar periódicamente cómo va el programa de acuerdo con el objetivo que se ha planteado, ya que por medio de este control se detectará el avance y si se presentan contratiempos que obstaculizan llegar al objetivo previsto.
Quinto paso: Lanzarse a la acción
Un plan sólo tiene sentido si se ejecuta. En ocasiones nos dedicamos a planear, reflexionamos, analizamos, pero nos da miedo empezar y nos paralizamos. Es básico decir: ¡Ahora!, lanzarse a la búsqueda de las metas y plantear un calendario con fechas precisas para la realización de cada una de las actividades.
Para ello se requiere de entusiasmo y perseverancia, ánimo para no decaer en las dificultades y confianza en que, a través de la lucha, se podrá alcanzar todo lo que cada quien se ha propuesto.
Todo viaje comienza siempre con un primer paso